Hospital Sant Joan de Déu Barcelona

Guía Diabetes tipo 1

Centro para la Innovación de la Diabetes Infantil Sant Joan de Déu

Jóvenes con diabetes y tabaco, una relación de riesgo

Chica fumando un cigarrillo - Federico Ravassard - Flickr - CC BY-NC-SA 2.0
Edad: 
9 a 13, 14 a 18
Control
Carmen Yoldi - Enfermera-Educación terapéutica en diabetes Hospital Sant Joan de Déu
Carmen Yoldi
Enfermera-Educación terapéutica en diabetes

Entre 80.000 y 100.000 jóvenes se hacen adictos al tabaco en el mundo cada día, con una edad media de inicio de alrededor de los 13 años y un consumo medio diario de 16 cigarrillos. España es el país europeo con mayor índice de fumadores: un 34,4% de la población mayor de 16 años fuma, a pesar de que esté prohibido la venta de tabaco a los menores de dieciocho años.

Se sabe con certeza que el tabaquismo es dañino para toda la población, siendo responsable directo de algunos cánceres como el de pulmón, boca y laringe. También se relaciona con otros daños en el pulmón, el corazón, las arterias y los vasos sanguíneos en general. Pero si se tiene diabetes, el daño potencial del tabaco se multiplica.

Enfermedad renal, lesiones oculares y nerviosas a causa del tabaco

La diabetes mal controlada aumenta el riesgo de tener complicaciones microvasculares como:

  • Enfermedad renal (nefropatía)
  • Lesiones oculares (retinopatía)
  • Lesiones nerviosas (neuropatía)

Varios estudios han demostrado, especialmente en personas con diabetes tipo 1, los efectos negativos de fumar sobre la función renal, debido a que el tabaco produce cambios estructurales en la parte del riñón implicada en la filtración de la sangre para formar la orina. Esto podría explicar que el índice de presencia de microalbuminuria sea mayor en las personas fumadoras que en las que no fuman. 

También hay algunos estudios que sugieren que las personas que fuman tienen predisposición a desarrollar lesiones visuales. 

En cuanto al papel del tabaco en el desarrollo de neuropatía diabética existen menos estudios. Esto es debido a que las lesiones nerviosas tardan mucho en desarrollarse y podrían afectar a diferentes fibras del sistema motor, sensorial y autonómico en grados distintos y esto dificulta la estandarización de los métodos de estudio. Sin embargo, en algunos seguimientos realizados en personas con diabetes tipo 1, se confirma que tanto el control de la glucosa en sangre como el hábito de fumar tienen un papel destacado en el desarrollo de neuropatía.

Cardiopatías, mayor riesgo de mortalidad, menor sensibilidad a la insulina

La diabetes se asocia a largo plazo a la alteración del endotelio (células que recubren los vasos sanguíneos) y al aumento del nivel de lípidos en sangre. El tabaco tiene múltiples efectos sobre la sangre y los vasos sanguíneos. Las personas con diabetes son especialmente susceptibles a esos efectos, lo que hace que tengan mayor riesgo de desarrollar complicaciones macrovasculares.

Fumar se asocia también con el desarrollo de enfermedades cardíacas. Además, existe una relación dosis-efecto entre tabaquismo y mortalidad. Cuanto más se fuma mayor es el riesgo de mortalidad. 

El humo del tabaco reduce la sensibilidad a la insulina, según un gran número de estudios. El consumo de nicotina provoca el aumento de los niveles de algunas hormonas como las catecolaminas, que alteran la acción de la insulina, principalmente en personas con diabetes. 

Dejar de fumar, fundamental para recuperar la salud

El consumo de tabaco tiene consecuencias en el control de la glucosa en sangre y las complicaciones de la diabetes. Cuando una persona con diabetes deja de fumar:

  • Reduce el riesgo de mortalidad, aunque el riesgo de enfermedad cardiovascular sigue siendo alto tras años de dejar de fumar, ya que los efectos dependen del tiempo durante el que se haya sido fumador.
  • Podría normalizar la menor sensibilidad a la insulina asociada al tabaco.

Por tanto, nunca es tarde para dejarlo. Y si no fumas, mejor no empieces.

Última modificación: 
19/06/2015