Complicaciones
Cuando una persona tiene una diabetes mellitus tipo 1, puede tener dos tipos de complicaciones: las agudas y las crónicas.
Complicaciones agudas
Se producen en un determinado momento en el tiempo y son básicamente dos:
- Hipoglucemia.
- Presencia de hiperglucemia con cetonas (que puede derivar en una cetoacidosis aguda).
Ambas situaciones si no se manejan de la manera adecuada pueden comportar un importante riesgo vital. Afortunadamente, respecto a las hipoglucemias, la mayoría de personas saben prevenir y remontar correctamente una bajada de azúcar. Por otro lado, saben que la presencia de cetonas debe alertarlos y llevarlos a consultar con su equipo sanitario.
Complicaciones crónicas
Lo que preocupa más a las personas con diabetes y sus familias es la posibilidad de complicaciones crónicas. El aumento persistente de azúcar en sangre hace que los vasos sanguíneos se vayan taponando, de manera que cada vez es más difícil que la sangre circule hacia un órgano determinado (los ojos, el riñón, etc.). Esto hace que esos órganos dejen de funcionar bien. Está claro que aquellos vasos sanguíneos que son estrechos y pequeños se obstruirán antes y por eso las complicaciones más precoces son las microvasculares, con afectación de ojos o riñón, por ejemplo.
Se llaman complicaciones crónicas porque se deben a la presencia de la enfermedad durante muchos años. Cuantificar al cabo de cuántos años surgen las complicaciones es difícil, depende de cada persona y de su control metabólico. Muchos estudios han demostrado que el riesgo de sufrir estos problemas aumenta con el mal control glucémico, la larga duración de la enfermedad, una mayor edad y una historia familiar de complicaciones de la diabetes. Es evidente la tensión arterial alta, el colesterol alto o el tabaquismo empeoran todavía más el riesgo de sufrir estas complicaciones.
Por eso es muy importante intentar mantener un buen control glucémico y evitar otros problemas añadidos que aumentarán la posibilidad de tener problemas en el futuro. La suerte o la desgracia es que la persona con diabetes no tendrá síntomas hasta que no haya desarrollado ya la complicación. Es decir, la persona no se encontrará mal por tener glucemias altas, pero sus vasos sanguíneos estarán empezando a sufrir. Hay que prevenir y evitar la complicación para no tener síntomas después.
Complicaciones microvasculares
Las complicaciones microvasculares son más comunes en la diabetes tipo 1 que las macrovasculares. Son:
- Retinopatía diabética: es la afectación ocular y puede conducir a una ceguera. Las recomendaciones actuales incluyen evaluar el fondo de ojo anualmente en el adolescente tras dos años de evolución y tras cinco años en los niños prepuberales.
- Nefropatía diabética: es la afectación del riñón y puede acabar produciendo una insuficiencia renal, es decir que los riñones dejen de funcionar. El primer signo que encontramos es la presencia de microalbuminuria, dicho de otro modo, pérdida de proteínas por la orina. Debe evaluarse siguiendo la misma frecuencia que la retinopatía diabética y se realiza analizando una muestra de orina.
- Neuropatía diabética: es la afectación de los nervios y con el tiempo puede provocar dolor en piernas, sensación de hormigueo, problemas musculares, etc.
Complicaciones macrovasculares
Las complicaciones macrovasculares afectan a los vasos sanguíneos más grandes como la aorta, la carótida o los vasos sanguíneos de las extremidades. El daño originado en estos vasos más grandes puede provocar:
- Mala irrigación de la sangre en las piernas principalmente.
- Infarto de corazón.
- Infarto cerebral.
La enfermedad cardiovascular es la mayor causa de mortalidad en el adulto con diabetes mellitus tipo 1, sin embargo es raro que aparezca en personas jóvenes.
Así que, aunque el autocontrol glucémico de pereza y seguir las pautas no parezca importante en nuestro día a día, es muy importante mantenerse firme en la lucha diaria para conseguir un buen control metabólico y evitar el riesgo de complicaciones vasculares en el futuro.