El plan de alimentación

El plan de alimentación está diseñado combinando las directrices de consensos de sociedades científicas internacionales y los datos de la evidencia científica, sin olvidar las costumbres familiares y personales.

Las necesidades nutricionales de los niños y adolescentes con diabetes son las mismas que las del resto de niños de su edad, pero es posible que en algunas etapas se modifique el plan en función de necesidades específicas de esa etapa. Por ejemplo, después del debut es frecuente tener una época en que las hipoglucemias se vuelven más frecuentes aunque las dosis de insulina sean mínimas. 

A menudo, mantenemos unas cantidades de hidratos de carbono en la cena superiores a las que tomaría sin diabetes para evitar hipoglucemias durante la noche cuando no es posible ajustar más la dosis de insulina. Pero siempre hay que trabajar entre pacientes, familias y equipo sanitario para que la alimentación sea lo más normalizada posible.

Actualmente los consensos internacionales de recomendaciones nutricionales en edad pediátrica establecen que entre el aporte total de calorías de la alimentación deberían ser: 

• 50-55% de hidratos de carbono
• 30-35% de las grasas
• 10-15% de las proteínas

​No existe evidencia científica de que una alimentación con otro reparto en las calorías sea más o menos beneficiosa para la salud.

Más allá del cálculo de planes de alimentación, siempre se debe buscar el equilibrio y la calidad alimentaria. Si por comer las raciones de hidratos de carbono pautadas siempre dejamos la ensalada o la verdura, o si por cumplir las raciones pautadas siempre nos quedamos con apetito, ese plan no resultará adecuado.

La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica. Es muy importante que el plan de alimentación sea no solamente adecuado, sino que nos proporcione un buen estado de salud física, mental y social.