Sobrepeso y obesidad en niños con diabetes tipo 1, mejor prevenir que curar
- La obesidad es un problema en aumento. En los últimos 40 años, se han multiplicado por 10 las cifras de obesidad infantil mundial entre los cinco y los 19 años.
- En todo el mundo, más de 380 millones de niños y jóvenes (de 5 a 19 años) tenían sobrepeso u obesidad, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del año 2016.
- En España, alrededor de un 40% de las personas menores de 18 años tiene sobrepeso u obesidad. Un 18% de las cuales padece obesidad.
- El 36% de la población infantil con diabetes tipo 1 tiene sobrepeso u obesidad según datos del proyecto SWEET 2017.
- Hasta hace unos años, las cifras de sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes con diabetes tipo 1 eran inferiores a las de la población general. Sin embargo, actualmente estos valores son similares.
- La obesidad asociada a un inadecuado control de la diabetes tipo 1 puede desencadenar enfermedades cardiovasculares y complicaciones crónicas como la retinopatía diabética.
El sobrepeso y la obesidad consisten en una acumulación en exceso de grasa corporal. Según datos de la OMS, el exceso de grasa en el cuerpo durante la infancia está relacionado con un aumento del riesgo de obesidad en la edad adulta, enfermedades cardiovasculares, hipercolesterolemia, resistencia a la insulina, enfermedades de las articulaciones, cáncer y problemas de salud mental como ansiedad o depresión.
El sobrepeso y la obesidad pueden detectarse midiendo el peso y la talla del niño o niña en las revisiones periódicas con el pediatra o el equipo de diabetes.
Causas de la obesidad infantil
La obesidad infantil está causada por la combinación de dos factores: la adopción de patrones alimentarios poco saludables y el aumento del sedentarismo (disminución de la actividad física).
Una dieta más pobre
Actualmente, el consumo de frutas y verduras es inferior a lo recomendado por la Sociedad Internacional de Diabetes Pediátrica y Adolescente (ISPAD, siglas en inglés) que aconseja tomar cinco piezas al día entre frutas y verduras. Cuando la ingesta de frutas y verduras es baja, se tiende a comer alimentos que aportan más energía de la necesaria para mantener el organismo en equilibrio.
El aumento del consumo de productos ultra procesados y la disminución del consumo de productos frescos, como las frutas, verduras, hortalizas, cereales no refinados, legumbres y frutos secos, favorece el sobrepeso.
Varios estudios, entre ellos el PREDIMED (PREvención con DIeta MEDiterránea) sobre nutrición en España, indican que la obesidad infantil no aparece solo porque las personas consumamos más calorías, sino también por la baja calidad de los alimentos que forman nuestra dieta. A efectos prácticos, no tiene el mismo impacto sobre la salud consumir 100 kilocalorías de nueces o 100 kilocalorías de embutidos y carnes procesadas.
Menos actividad física
En entornos urbanos, la actividad física se ha visto muy reducida debido a un tipo de ocio cada vez más sedentario, nuevas formas de transporte urbano, y, a menudo, dificultades económicas para acceder a actividades lúdicas y deportivas por parte de la población general.
Pautas alimentarias más flexibles en niños con diabetes tipo 1
Los avances en educación diabetológica, que permiten pautas alimentarias más flexibles y promueven mayor libertad para que el paciente tome sus propias decisiones respecto a su alimentación, han favorecido el acceso a un patrón alimentario poco saludable.
¿Cuándo preocuparse por el peso?
Hay varios momentos en la evolución natural de la diabetes tipo 1 en los que es más fácil aumentar de peso y acumular grasa corporal. Es entonces cuando conviene prestar especial atención y realizar acciones preventivas.
- Las primeras 6-8 semanas del inicio de la diabetes tipo 1 (debut). Durante el debut se genera un desequilibrio energético en el organismo que favorece el sobrepeso debido a un ajuste del metabolismo. Esto va unido a que a menudo al inicio de la diabetes las personas tienen más apetito y aumentan la ingesta de alimentos durante las comidas o el picoteo entre horas. Además, es común detener la práctica deportiva durante un periodo de días o semanas hasta conseguir estabilizarlos controles glucémicos y adquirir los conocimientos necesarios para manejar la diabetes tipo 1 mientras se realiza deporte.
- Durante la adolescencia. La capacidad de nuestro cuerpo para almacenar grasa es mayor en la etapa de la adolescencia. Es también un periodo de cambios hormonales al cual se suman factores emocionales, generalmente un bajo poder adquisitivo y el inicio de la vida social fuera de casa (a menudo, se realizan mayores transgresiones dietéticas con el consiguiente empeoramiento de la calidad alimentaria). Además, durante la adolescencia el abandono de las prácticas deportivas es más frecuente y hay un aumento importante del sedentarismo.
- Periodos de hipoglucemias recurrentes. El tratamiento de la hipoglucemia se basa en un consumo de azúcares extra, lo que lleva a ingerir más alimentos y, por tanto, más energía. Para remontar una hipoglucemia es preciso consumir alimentos que no sean ricos en grasas.
- Cuando se coloca la bomba infusora de insulina o mientras se aprende el uso de ratios insulina/hidratos de carbono (HC). La facilidad de adaptar la cantidad de insulina a la cantidad de hidratos de carbono que se va a consumir permite flexibilizar la pauta alimentaria de los pacientes. Si no se acompaña de la educación alimentaria y nutricional adecuada este proceso puede favorecer que los niños y niñas empiecen a comer mayores cantidades y que, por tanto, experimenten un mayor desorden alimentario.
¿Qué podemos hacer para prevenir y tratar el sobrepeso y la obesidad en niños con diabetes tipo 1?
- Asegurarse de que el niño o niña está consumiendo verduras u hortalizas dos veces al día además de revisar la cantidad de hidratos de carbono de la pauta alimentaria.
- Escoger y comprar alimentos frescos y de calidad, en lugar de alimentos ultra procesados, con el objetivo de seguir una alimentación saludable.
- Planificar el menú y la compra semanal para evitar utilizar o comprar alimentos poco saludables o de alto contenido energético.
- Llevar una vida activa: aumentar los trayectos a pie, usar las escaleras o realizar actividades al aire libre son buenos ejemplos.
- Realizar una hora de ejercicio físico moderado al día, a poder ser programado (actividad dirigida).
- Reducir las horas diarias delante de una pantalla: televisores, ordenadores, tabletas, móviles, videoconsolas u otros dispositivos.
- Avisar al equipo de diabetes si, debido a las pautas indicadas, se detecta que el niño o niña no consume verduras u hortalizas o, si por el contrario, consume alimentos proteicos en exceso.
Antes de iniciar ninguna dieta o plan alimentario para el tratamiento del sobrepeso u obesidad, consulta a tu equipo de diabetes y, si es posible, a un o una dietista-nutricionista colegiado o registrado.
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