Esther Lasheras
Trabajadora social
Hospital Sant Joan de Déu
Una separación implica un profundo impacto emocional en los hijos por muy “bien que se haga”. El mal control de la diabetes puede ser una llamada de socorro del niño, una forma de alertar y comunicar que, más allá de la diabetes, algo no funciona.
Vivir con diabetes es tarea complicada para los niños y para los padres. Te damos algunas claves para aprender a manejar adecuadamente la ansiedad y demás emociones que pueden aparer en la convivencia con la diabetes.
Algunas estrategias útiles para atenuar la angustia que provocan los pinchazos diarios tanto a los niños como a los padres.
“¿Estás alto?” es casi siempre la pregunta estrella. Sin embargo, debemos recordar que el niño es siempre más importante que el control de la diabetes.