Cómo gestionar los pinchazos
Los pinchazos angustian tanto a los niños como a los padres. A pesar de ello, conviene aparentar ante los niños una sensación de tranquilidad que, a menudo, estamos lejos de sentir. Algunas estrategias útiles para gestionar los pinchazos pueden ser:
Preparar alguna frase, un mensaje corto y claro
No utilicemos largas explicaciones. Una buena frase puede ser: “esto es necesario pero es muy rápido, contamos hasta cinco y ya está”. Cuando son muy pequeños no entienden la razón del pinchazo, pero debemos transmitir que es algo necesario y hacer el proceso lo más corto posible.
Proporcionar recompensas después del pinchazo
Pueden ser recompensas sencillas, como un aplauso o hacer con los niños algo que les guste.
Introducir algún tipo de juego
Podemos hacer participar del proceso a uno de los muñecos de los niños, poner en una cartulina una carita sonriente por cada pinchazo, etc.
No hay ninguna fórmula mágica, cada padre sabrá encontrar las palabras adecuadas y la manera de hacer más sencilla la situación.
Respetar el ritmo del niño
De manera progresiva y natural, conforme el niño crece irá entendiendo por qué tiene que pincharse y podrá participar en ello, asumiendo cierta responsabilidad y aprendiendo que, aunque no le guste, es importante cuidarse y es por su bien.
No hay que olvidar que cada niño es diferente y, por tanto, cada uno necesitará un tiempo distinto en su adaptación a los controles y al pinchazo de insulina.
Para manejar mejor esta situación, es necesario que los padres aprendan a gestionar sus propias emociones, a la vez que hacen lo mismo con las de los niños. Para ello, pueden contar con el equipo de profesionales que les atiende en su centro médico.
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