Hospital Sant Joan de Déu Barcelona

Guía Diabetes tipo 1

Centro para la Innovación de la Diabetes Infantil Sant Joan de Déu

Cuidarnos para poder cuidar

Manos de dos personas haciendo un lazo - CC0 Dominio Público
Edad: 
0 a 5, 6 a 8, 9 a 13, 14 a 18
Emociones
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El cuidado de la diabetes de un hijo supone planificar y coordinar la alimentación, el ejercicio, la administración de insulina y los controles de azúcar. Es un trabajo a tiempo completo.

Las demandas de la diabetes son muchas. Los padres manejan conocimientos sobre la enfermedad, capacidad para afrontar los problemas y buscar soluciones, una motivación importante, una actitud positiva y un grado alto de control y afecto. Todos estos conocimientos y habilidades van acompañados de una gran preocupación por las consecuencias de no seguir el tratamiento.

Tratemos de minimizar el riesgo de agotamiento.

Comparte la diabetes con la pareja

No puedes estar a solas en esa tarea, se hace necesario que ambos padres asuman el cuidado y la educación del hijo. Se trata de compartir el seguimiento de la diabetes y evitar que la responsabilidad recaiga sólo sobre uno de ellos.

Repartir las tareas de forma igualitaria no siempre es posible, pero tanto el padre como la madre deberían saber lo mismo sobre diabetes y sobre el tratamiento concreto del hijo (como ajustar la insulina, controlar la alimentación…).

Puede suceder que el reparto de tareas sea motivo de conflicto entre la pareja. Es conveniente que se formule este reparto de forma explícita. Hablar claramente, exponiendo lo que cada uno espera del otro, facilitará la relación. No se trata de adivinar cada uno las necesidades del otro, sino de negociar conjuntamente sobre ellas.

Tratad de buscar espacios para la pareja donde podáis charlar sobre la diabetes y sobre otros temas. Es fundamental que seáis coherentes y trabajéis en la misma dirección como padres, intentando llegar a acuerdos entre vosotros cuando no esté el niño delante. Así se evitan tensiones innecesarias.

Implica a otras personas en el manejo de la diabetes

Necesitamos poder delegar en algunas ocasiones. Abuelos, tíos y otros familiares pueden sustituiros en algunas ocasiones para tener cierto descanso.

A menudo evitamos recibir ayuda pensando que nadie puede cuidar al niño como nosotros. Aprender a pedir ayuda física y soporte emocional no siempre es fácil, pero es conveniente hacerlo si queremos disminuir la ansiedad y el cansancio.

Busca respiros temporales

Si es deseable que la vida del niño con diabetes sea normal, también debemos procurar normalizar la vida de toda la familia. Sobre todo en el caso del cuidador/a principal, quien se responsabiliza de la mayor parte del cuidado y necesita momentos en que pueda “olvidarse de la diabetes”.

Se trata de colocar a la diabetes en su lugar, y conseguir que deje espacios a otros intereses y actividades individuales y familiares. Cuando desatendemos las propias necesidades aumenta el cansancio, el estrés y se hace la situación más difícil.

Resulta complicado pero con el tiempo y la práctica se va logrando el equilibrio entre el cuidado del hijo y vivir y disfrutar de la vida.

No olvides el cuidado propio. Es cierto que tu hijo y su diabetes son lo primero y que tienes poco tiempo para ti, pero necesitas cuidarte: si tú estás bien, podrás ayudarle mejor a gestionar su vida con diabetes.

Última modificación: 
26/04/2016