Cómo expresan los niños sus sentimientos y cómo podemos ayudarles
Atender a las emociones de sus hijos es una tarea importante para todos los padres, y eso incluye a los padres de niños con diabetes. Esta atención es fundamental en los primeros años de la vida del niño, porque garantiza su futuro desarrollo social y una buena calidad de vida.
Los padres deben trabajar durante estos primeros años habilidades como el control de las conductas impulsivas, la empatía, la motivación, el respeto y la colaboración.
La acción más importante que los padres pueden practicar para el desarrollo emocional de sus hijos pequeños es la formación del vínculo: mostrar su amor, cuidado y comunicarse con ellos.
Las rabietas expresan frustración
En los primeros años de vida las rabietas son utilizadas por el niño para expresar su frustración o para conseguir lo que quiere. No deben preocuparnos; debemos mantener la calma, hablar de forma tranquila y no ceder a sus peticiones. Aunque el niño no entienda las explicaciones, las palabras le calmarán. Le ayudará oír que entendemos que esté triste, que tenga miedo, pero que pronto se sentirá mejor.
La escucha refleja: escuchar sin juzgar
El diagnóstico y el curso de la diabetes generan muchas situaciones insatisfactorias en los niños. No podemos protegerles siempre, pero podemos ayudarles a que entiendan y manejen lo mejor posible los sentimientos molestos que resultan de la vida con diabetes.
Pautas a seguir cuando el niño tiene edad para hablar de sus sentimientos
Alrededor de los tres años el niño puede empezar a hablar de sus sentimientos. Es el momento de:
- Ayudarle a que se exprese libremente. Alentarle a que lo haga.
- Escucharle atentamente.
- Aceptar sus sentimientos, sin criticarlos. Esto no quiere decir que aceptemos conductas inadecuadas: “entiendo que estés enfadado con… pero no puedes pegarle”.
- Además de escuchar y entender, podemos resumir al niño lo que entendemos que él está diciendo, pensando y sintiendo. A esto se le llama escucha refleja. Este tipo de escucha ayudará al niño a comprender sus sentimientos y las situaciones que los provocan. “Te sientes triste porque piensas que… pero podemos hacer...” Podemos buscar con él respuestas alternativas para manejar sus sentimientos desagradables.
- No bloquear la expresión de las emociones en los niños diciendo “no llores más”. No olvidemos que enseñar a controlar las emociones no es lo mismo que reprimirlas.
Ayudarles a reconocer las emociones desde pequeños para manejarlas mejor
El niño puede sentir emociones agradables o desagradables, pero todas las emociones son útiles y necesitan ser sentidas y manifestadas.
En ocasiones el niño puede expresar sentimientos que nos causan temor o dolor: “estoy harto de la maldita diabetes”, “un niño me ha dicho que no puedo jugar porque estoy enfermo”…
Asimismo, cuando el niño experimenta, por causa de la diabetes, emociones como vergüenza, culpa, miedo o sensación de ser castigado injustamente, puede aparecer un comportamiento hostil frente a sus padres, irritabilidad y pataletas. Debemos procurar entonces no sobrecargarnos con angustia y culpa. El niño necesita que le acompañemos -de una manera tranquila- sentirse querido y protegido.
Los niños expresan sus emociones a través de sus conductas -mal humor, aumento de violencia, trastornos del sueño, aumento de miedos- pero es conveniente que desde pequeños aprendan a reconocer sus emociones, los acontecimientos que las provocan y cómo manejarlas. El mejor lugar para ese aprendizaje es la familia.
Recuerda que las emociones tienen un fundamento genético, pero su expresión es social. Por ello, la familia es fundamental como modelo emocional para el niño.
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