Hospital Sant Joan de Déu Barcelona

"Que tener diabetes no sea algo distintivo en la escuela"

"Que tener diabetes no sea algo distintivo en la escuela"
Edad: 
0 a 5, 6 a 8, 9 a 13, 14 a 18
Tema: 
Escuela y ocio
Rubén moreno, Maestro de Educación Primaria
Rubén Moreno
Maestro de Educación Primaria

Como cada septiembre, durante los primeros días de trabajo, las maestras y los maestros nos dedicamos a dejar lista el aula para cuando lleguen los niños, estamos inmersos en claustros, reuniones de preparación del nuevo curso, de traspaso de información... En una de estas reuniones, supe que uno de mis futuros alumnos tenía diabetes tipo 1.

Al principio, con todo el tsunami de información del alumnado que formaría el nuevo curso, no me paré a pensar en este niño. Pero poco a poco me fueron surgiendo preguntas, dudas, inquietudes e, incluso, miedos. Nunca había tenido contacto con ninguna persona con diabetes. Sí que tenía una idea general sobre qué era y qué significaba la enfermedad, pero poco después me di cuenta que no sabía nada sobre ella. ¿Quién debe pinchar a la criatura? ¿El profesorado tiene formación para hacerlo? ¿No es demasiada responsabilidad para los maestros? ¿Qué pasaría si nos equivocáramos en una dosis? En caso de emergencia, ¿qué deberíamos hacer? ¿Qué significa tener diabetes? ¿Cómo puede afectar al proceso de aprendizaje del niño o la niña?

Lo primero que hice fue llamar a la familia para concertar una entrevista. La familia respondió muy positivamente, y al día siguiente nos reunimos. Su madre me comentó cómo reaccionaba emocionalmente el niño en el momento del pinchazo, de hacerse el control de glucosa y de la comida. Le hice muchas preguntas y le pedí que, durante el primer mes, algún familiar viniera al aula a inyectar la insulina al niño para poder ver y aprender a hacerlo. Esta fue la primera de muchas charlas, formales e informales, con ellos, sobre todo con la madre. El contacto, el traspaso de información y comentar el día a día con la familia es algo fundamental.

“Uno de los hechos que más preocupa a la familia es que la criatura no se sienta diferente al resto.”

Durante los primeros días hablé con la dirección del centro a fin de saber qué estipula la Generalitat de Catalunya en estos casos. Éste deja claro que un docente del centro se hará cargo del alumno con diabetes y de su correcta atención. Esta persona sería yo. Pero, por si algún día yo no pudiera hacerlo, tenía que haber alguna otra persona que también supiera manejar la diabetes. Así que nos hicimos cargo una maestra del ciclo y yo.

“Los maestros no tenemos ningún tipo de formación para afrontar estos casos, nos llega de nuevo y nos tenemos que adaptar para que el niño y el maestro lo vivan de la mejor manera posible. Todo un reto.”

Fue muy importante buscar información sobre el tema y informarnos sobre qué significa tener diabetes y qué consecuencias tiene en un niño de 5 años. Fue de gran ayuda la reunión que tuvimos con su enfermera especialista en educación terapéutica en diabetes del Hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona, ​​que nos resolvió un buen número de dudas.

Durante los primeros días del nuevo curso, los tres nos tuvimos que adaptar, aprendimos, junto con la madre, a inyectar la insulina, a saber cuándo el niño estaba bajo, qué tenía que tomar para hacer subir el azúcar o el uso correcto de la pluma de insulina. Aquellos primeros días la criatura tuvo días mejores y peores: a menudo no se quería hacer la prueba antes del patio, se enfadaba porque si no se pinchaba no podía comer el desayuno, quería que siempre se le hiciera su madre... Tuvimos que aprender a ver que si estaba bajo de azúcar su comportamiento en el aula cambiaba: lloraba fácilmente, estaba más irritable con los compañeros y compañeras... Poco a poco, con mucha paciencia y trabajo, todo fue cambiando. El niño cogió responsabilidad y se hacía el control de glucosa antes del patio sin que se lo tuviéramos que decir, apuntaba en la libreta el resultado del control, mostraba mucha más paciencia a la hora de beber el zumo si estaba bajo... y nosotros, los dos maestros que nos encargábamos del control, también evolucionamos.

Durante el próximo curso, después de un año de aprendizaje, continuaremos con nuestra labor junto con el niño para seguir mejorando e intentando que tener diabetes no sea algo distintivo en la escuela.

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