Cuando vaya al colegio
El año del debut era el mismo año en que Arnau empezaba el colegio. Otro gran reto, otro gran miedo. Si el inicio de esta nueva etapa ya nos provoca angustia a madres y padres por muchos motivos (por la separación, por cómo se adaptará, por si le gustará, etc.) a nosotros se nos sumaba un miedo más: la diabetes.
¿Cómo será pasar tantas horas fuera de casa? ¿Cómo será estar con personas que no fuéramos nosotros, sus padres o abuelos? ¿Con personas que no saben de diabetes? ¿Cómo podré soportar no ser yo quien controle su diabetes a cada momento?
Después pasan las primeras horas, los primeros días, las primeras semanas y finalmente los primeros meses, que son de mucho estrés y ansiedad. Pero con el paso del tiempo todo se va relativizando y normalizando.
Lo que tuve claro en todo momento, gracias a los consejos de educadoras y médicos, es que la información es lo más importante y básico cuando un niño tiene una enfermedad y debe empezar una nueva experiencia, una nueva etapa con nuevas personas. Es vital y primordial que el tutor y los profesores del centro educativo sean conocedores de qué es la diabetes y de cómo actuar en caso necesario.
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