La importancia de cambiar diariamente la zona donde se administra la insulina
Cada día, varias veces al día, administramos la insulina en el tejido subcutáneo que se encuentra entre la piel y el músculo. Inyectar la insulina siempre en el mismo lugar del cuerpo puede provocar la aparición de lipodistrofias, es decir, endurecimiento o inflamación del tejido graso subcutáneo.
Las más frecuentes son las hipertrofias del tejido graso, que es un endurecimiento que aparece por inyectar la insulina en el mismo punto de forma repetitiva. Aunque son mucho menos frecuentes, también pueden aparecer atrofias del tejido graso, con forma de hoyuelos.
Efectos negativos de administrar la insulina en zonas con lipodistrofia
Aunque las lipodistrofias no causan dolor, administrar la insulina en zonas del cuerpo que ya presentan esta alteración se relaciona con:
- Llevar un mal control de la diabetes
- Presentar controles de glucemia más variables
- Tener hipoglucemias de difícil explicación
- Consumir mayores dosis de insulina
Para evitar estos efectos, es necesario combinar los lugares del cuerpo donde se administra la insulina.
Siete pautas para cambiar las zonas de punción de la insulina de forma adecuada
- Antes de administrar la insulina, deberías explorar la zona. Si detectas la zona endurecida o abultada o, por el contrario, hundida, deberás evitar inyectar la insulina en esa zona hasta que se recupere.
- Las zonas indicadas para la inyección de la insulina son:
- Abdomen, dejando un espacio de dos dedos alrededor del ombligo.
- Cara posterior de ambos brazos.
- Cara antero-lateral de los muslos y
- Nalgas
- La manera ideal es dejar un dedo de distancia entre dos administraciones consecutivas de insulina, lo equivalente a 1 centímetro. El mejor modo es establecer un circuito de rotación. Puedes trazar una línea imaginaria en la zona elegida y desplazarte a lo largo de ésta de arriba hacia abajo. Cuando llegues al final, establece otra línea paralela a la anterior a aproximadamente 1 cm de distancia y te desplazas hacia arriba, 1cm en cada inyección. Sigue el mismo esquema hasta completar la zona.
- Se puede elegir una zona para cada horario del día. Por ejemplo, los brazos para el desayuno, el abdomen para la comida, las piernas para la merienda y la cena.
- Una buena opción es reservar las nalgas para la inyección de la insulina de acción lenta.
- También es útil cambiar del lado izquierdo al derecho cada semana, es decir una semana, el lado derecho, y la semana siguiente, el lado izquierdo. De este modo, te aseguras el descanso de un lado durante unos días.
- Algunas personas registran dónde se han puesto la insulina en la libreta de controles, mediante un símbolo que les ayuda a recordar el lugar donde la han administrado.
Recuerda: es importante establecer un patrón de rotación adecuado para evitar administrar la insulina siempre en el mismo sitio. Explora de manera regular las zonas de punción para descartar áreas con alguna alteración y dejarlas descansar. Esto te ayudará a conseguir un buen control de tu diabetes. Y no olvides que las agujas para administrar la insulina son de un único uso tal como indica su ficha técnica.
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