El Tuebingen Grill Study demuestra niveles más altos de glicemia después de comidas ricas en grasas y proteínas
Tradicionalmente el cálculo de la dosis de insulina se centra en el contaje de las raciones de hidratos de carbono. Sin embargo cada vez son más las evidencias de que el contenido de grasas y proteínas contribuye significativamente en el aumento de los valores de glucemia de los pacientes con diabetes.
Un grupo de investigación de la Universidad de Tuebingen (Alemania) llevó a cabo un estudio que ha sido recientemente publicado en la revista Pediatric Diabetes, en el cual se investigó la influencia de una cena rica en proteínas y grasas sobre la glucemia nocturna de un grupo de adolescentes con diabetes tipo 1. En el estudio participaron 15 adolescentes con una edad media de 16 años que recibieron en dos días consecutivos una comida estándar y una comida con el mismo número de raciones de hidratos de carbono pero rica en grasas y proteínas. La composición de ambos menús fue:
- Comida estándar: 50 gr. de tomate, 50 gr. de pimiento, 280 gr. de patatas hervidas, 14 gr. de aceite, 40 gr. de pavo, 60 gr. de pan, 5 gr. de mantequilla, 20g. de jamón y un contenido en fibra de 10 gramos.
- Comida rica en grasas y proteínas: 50 gr. de tomate, 50 gr. de pimiento, 280 gr. de patatas hervidas, 34 gr. de aceite, 240 gr. de pavo, 60 gr. de pan, 12 gr. de mantequilla, 120 gr. de jamón y un contenido en fibra de 10 gramos.
La dosis de insulina se ajustó únicamente en base a la cantidad de hidratos de carbono calculando así un bolo individual para cada persona que participó en el estudio. Las concentraciones de glucosa nocturnas se midieron de forma continua con un sensor de glucosa intersticial durante las 12 horas posteriores a la ingesta.
El análisis de las descargas del sensor mostró que el área bajo la curva para la comida estándar fue de 1400 mg/dl/12h mientras que para la comida rica en grasas y proteínas fue de 1968 mg/dl/12h lo que equivale a decir que la glucemia fue mucho más alta para la comida rica en grasas y proteínas.
La máxima diferencia entre las concentraciones de glucosa tras ambas comidas se produjo entre las 4-12 horas después de la ingesta, siendo la máxima a las 6 horas. La glucemia a las 12 horas de la ingesta (a la mañana siguiente) fue de 91 mg/dl para la comida estándar y de 153 mg/dl para la comida rica en grasas y proteínas. Para la comida estándar el 31% de los valores de glucosa estaban por debajo de 80% y el 24% por encima de 150 mg/dl; para la comida rica en grasas y proteínas el 3% de los valores de glucosa estaban por debajo de 80% y el 48% por encima de 150 mg/dl.
Las conclusiones de este estudio indican que a las 12 horas posteriores a la ingesta de una comida rica en grasas y proteínas las concentraciones de glucosa son significativamente más altas que con una comida estándar similar pero con un contenido bajo de grasas y proteínas. Todo ello nos sugiere que el efecto de grasas y proteínas debería ser tenido en cuenta en el consejo dietético que se da a personas con diabetes y que al mismo tiempo es necesario diseñar algoritmos que permitan ajustar la dosis de insulina al contenido de grasas y proteínas de una comida.
Resumido por: Dr. Roque Cardona Hernández, pediatra endocrinólogo y coordinador clínico de la Unidad de Diabetes del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona.
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