"Soy un chico como los demás"
Adrià Grau no quiere perder el tiempo. Le apasionan las ciencias naturales, la edición de vídeo y el piano, que toca desde los cinco años. Y aunque no sabe cómo arreglárselas para sacar adelante los estudios profesionales de las tres disciplinas, está seguro de que, si se esfuerza, lo conseguirá.
Este empuje personal puede tener algo que ver con el esfuerzo que hace a diario para normalizar su vida a pesar de las tres enfermedades que padece "aunque tenga diabetes, sea celíaco y padezca un problema cardíaco, que no me permite hacer demasiado deporte, soy un chico como los demás ", asegura Adrià.
La diabetes aterrizó en su vida cuando tenía siete años, dos años después del diagnóstico de la celiaquía. Esta nueva compañera de viaje fue recibida con estupefacción. Después de pasar una semana en el hospital, fue la vuelta a la rutina y a la escuela lo que le hizo darse cuenta de que algunas cosas habían cambiado. Desde el diagnóstico, Adrià siempre ha intentado no sentirse diferente de sus compañeros, por eso confiesa que "agradezco mucho que mis compañeros no se hayan metido en este tema".
Ahora, Adrià ya tiene 15 años y el control de la diabetes lo lleva él solo, a pesar de que sus padres están pendientes. Esta capacidad para la autogestión de la enfermedad le ha ayudado a poder introducir en su día a día su última pasión: el teatro musical. Gracias a su profesor de piano, Pere Cabaret, a Adrià se le ha abierto un nuevo mundo en el escenario. Adrià interpreta a su tocayo, Adrià, cantando el solo "Problemas" en la obra "Tot fent Pastorets", escrita y dirigida por Cabaret.
Para compatibilizar la diabetes con la interpretación de esta obra de teatro, que implica cantar y bailar en el escenario, es imprescindible llevar un buen control de la enfermedad y tener más cuidado los días de función. Y Adrià lo tiene muy claro. Reconoce que "siempre existe la inquietud sobre que pueda padecer una hipoglucemia en plena actuación, aunque nunca he tenido ningún problema. Desde que llevo el sensor me resulta muy fácil hacerme un control antes de salir a escena, y siempre llevo un sobre de azúcar o un caramelo en el bolsillo".
Conjugar la seguridad que un actor debe mostrar en el escenario con el temor de sufrir una hipoglucemia, sólo se puede hacer, dice Adrià, con un control más estricto de la diabetes. El joven intérprete aconseja a cualquier chico o chica que quiera dedicarse al teatro que "no permita que la diabetes le detenga ante una afición tan interesante como ésta y, sobre todo, que no tenga miedo a salir al escenario, ya sea por una bajada de azúcar o por haber olvidado el texto, que disfrute de su rol".
"Me emocionó escuchar los aplausos de los niños del Hospital"
Uno de los momentos más impresionantes para Adrià se produjo la tarde del 5 de enero de 2018 cuando la compañía interpretó "Tot fent Pastorets" delante de los niños ingresados en el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, el centro donde se trata de la diabetes. Recuerda que "el Auditorio estaba completamente lleno de niños y padres y madres y todos estábamos muy emocionados. Me emocionó escuchar los aplausos de los niños del hospital".
Pero "Tot fent Pastorets" es mucho más que un musical. Es un proyecto solidario que, mediante los beneficios de la venta del cd y del libreto musical -editados gracias a un proyecto de micro mecenazgo-, contribuye a la investigación del síndrome de RETT en el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona.
Y para Adrià "Tot fent Pastorets" también es mucho más que un musical. Al descubrimiento de la interpretación, se le ha sumado una nueva afición: la edición de vídeo. Su colaboración con el montaje del audiovisual ha abierto un nuevo camino en la vida del joven músico.
"Me preocupo por mi salud y tengo un buen control"
Para Adrià, como para la mayoría de los chicos de 15 años -tengan o no tengan diabetes-, la vida comienza a abrirles las puertas a un mundo lleno de aventuras y de vivencias, y Adrià no piensa renunciar a traspasarlas: "Me gusta divertirme. Me preocupo por mi salud y hago lo posible para tener un buen control. No se puede decir que sea fantástico ser diabético, pero pienso evitar a toda costa que interfiera en mi día a día y creo que me está saliendo bastante bien".
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