Investigadores españoles estudian la eficacia de un nuevo modelo de páncreas artificial
El Hospital Clínico Universitario de Valencia, junto a la colaboración de la Universitat Politècnica de València (UPV), el Hospital Clínic de Barcelona y la Universitat Politècnica de Girona (UPG) está trabajando en un ensayo clínico para estudiar la eficacia de un nuevo modelo de páncreas artificial en pacientes con diabetes tipo 1.
Se trata de un dispositivo basado en un algoritmo matemático que calcula cada 15 minutos la dosis óptima de insulina según las necesidades que tiene el paciente en cada momento. Su funcionamiento consiste en dotar a las bombas de insulina de un sistema adicional (algoritmo de control) para que indique a los pacientes la cantidad precisa que necesitan. En función del nivel de azúcar en sangre, el sistema ordenará un aumento o disminución de la infusión de la insulina.
De funcionar, este páncreas artificial podría evitar que los pacientes con diabetes tengan que decidir por sí mismos la cantidad de insulina que necesitan después de una comida y garantizar que se administran las dosis exactas cada vez.
Los tratamientos actuales (administración de inyecciones múltiples de insulina y las bombas de insulina) precisan que el paciente interprete el nivel de glucosa en sangre y decida la dosis de insulina que va a administrarse en cada momento. El páncreas artificial permitiría automatizar tanto la monitorización de la glucosa como la dosificación de insulina y mantener así un control más eficaz de los niveles de glucosa en sangre. Un control más preciso podría ayudar a los pacientes con diabetes a reducir el número de hipoglucemias y la variabilidad de la glucemia a lo largo de los días.
A diferencia de otros estudios similares, focalizados en el control nocturno de la glucosa, este ensayo clínico se centra en comprobar el control postpandrial, es decir, la regulación de la glucosa después de las comidas. Se pretende que este sistema de asa cerrada determine por sí mismo la cantidad de insulina necesaria para cubrir una ingesta determinada y definir el nivel de insulina adecuado cuando el paciente no ingiere alimentos.
A lo largo de este año se evaluará la eficacia de este dispositivo en veinte pacientes, diez de ellos en el Hospital Clínico Universitario de Valencia y los otros diez en el Hospital Clínic de Barcelona.
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